Y Macri piensa en Posse-Michetti
Tal vez cansado de esperar la confirmación del pase de Martín Insaurralde al Frente Renovador -al cual se opondría, por ejemplo, Jesica Cirio- Sergio Massa empezó a explorar otros caminos para encontrar un candidato a gobernador competitivo. Las nuevas negociaciones pasan por Francisco de Narváez. En los últimos meses éste volvió al diálogo con Mauricio Macri y se llegó a pensar en que sería su candidato para suceder a Daniel Scioli. Pero Jaime Durán Barba y otros encuestadores ligados al PRO criticaron esta posibilidad señalando que la imagen positiva del empresario está en baja, en tanto que la negativa sube.
Volviendo a Massa, sus diferencias con Insaurralde irían en aumento por un motivo hasta ahora insospechado: el lomense, que está a punto de reasumir su intendencia, alimentaría sueños presidenciales para el 2019, lo que provocaría crecientes recelos en el entorno del tigrense. Éste buscaría ahora un candidato a gobernador que no intente hacerle sombra, para lo cual De Narváez es ideal, ya que por su condición de colombiano no puede ser presidente. Si la aproximación de Massa a De Narváez es una maniobra de presión a Insaurralde o un plan real es una incógnita que puede todavía tardar varios meses en develarse.
A todo esto, el titular de la Federación Argentina de trabajadores del Petróleo y Gas, Diputado Nacional Alberto Roberti, marido de Mónica López, sería el principal operador para que De Narváez termine en Tigre y su esposa sea la gobernadora. Como carta de triunfo portaría una suma muy significativa de fondos de campaña que saldrían de las arcas de Cristóbal López, cuya estrategia no es sólo diversificar en negocios sino en opciones políticas y, luego de arrimarse a Héctor Magnetto, ahora buscaría comprar acciones en el massismo, cuya principal debilidad son justamente sus insuficiencias de financiamiento.
El destino de Michetti
A todo esto, Macri no se quedaría quieto y, fiel a su idea de encabezar el no peronismo, está tejiendo la trama para que Gustavo Posse sea su candidato a gobernador. Pero lo más importante sería la compañera de fórmula que impulsaría para potenciar el relativo caudal electoral del intendente de San Isidro. La idea sería que Gabriela Michetti sea la candidata a vicegobernadora, para lo cual tendría que abandonar su obsesión por la candidatura a jefa de gobierno porteña. Pero el entorno de Macri está cerrándose cada vez más: el único que garantiza la continuidad de la actual gestión porteña es Horacio Rodríguez Larreta, aunque en el PRO creen que, si se presenta Martín Lousteau como candidato a jefe de gobierno, puede darse una segunda vuelta difícil para el macrismo.
Siguiendo con la ronda de candidaturas, Lousteau está siendo asediado por distintos amigos de Massa que le proponen que abandone UNEN y se pliegue al Frente Renovador. Como se sabe, tal vez el déficit más grave del massismo es su irrelevancia en la Capital, para lo cual la otra solución podría ser Graciela Ocaña, que preferiría ir a lo seguro siendo vicejefa de Rodríguez Larreta. En cuanto al kirchnerismo, no tiene asegurado candidato a gobernador ni tampoco a jefe de gobierno, pero en el sciolismo crece la confianza en que Insaurralde terminará aceptando. Como ya se vio en los últimos días, el intendente de La Matanza y presidente del PJ bonaerense, Fernando Espinoza, es uno de los varios intendentes que cuestionan el rol vedetista de Insaurralde y su imagen cuidadamente distante de los barones del conurbano.
A partir de que es cada vez más probable que CFK, a la búsqueda de fueros, sea candidata a parlamentaria del MERCOSUR, crece la impresión de que la Casa Rosada buscará retener a Insaurralde. Es que la presidente preferiría que su boleta sea acompañada por la de un candidato a gobernador de la “nueva política” y no por Espinoza o algún otro caudillo de la vieja guardia peronista.
Carlos Tórtora |
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