
Pero surge la pregunta: ¿por qué es imperativo traer al sindicato a este nuevo mundo? La respuesta surge inmediatamente: por ustedes, los jóvenes. En la vida de cualquier sociedad, organización o empresa, los jóvenes son imprescindibles para asegurar el futuro.
Hoy el sindicato no hace nada por los retirados ni por los jóvenes, porque ellos no protestan. Los jóvenes se vuelven indiferentes, y los viejitos sufren en silencio. Lo poco que hace lo hace por los activos, por miedo a la queja.
Pero sepan ustedes que nos urge reivindicar a nuestros mayores, como lo han hecho todas las generaciones que nos precedieron. Es una aberración que no tiene perdón el dejar a un jubilado desatendido.
Y sepan también que es igual de importante sumar juventud, porque ellos nos enseñan a ingresar al mundo a medida que éste se va modificando y evolucionando. Los jóvenes son, sin duda, el pasaporte al futuro.
Cuando un sindicato está en el futuro, puede exigir a los empresarios que también lo estén. Cuando un sindicato está consciente de las necesidades de los jóvenes, puede exigir a los empresarios que también lo estén.
Cuando un sindicato conoce los sufrimientos de nuestros abuelos, puede exigir a los empresarios que también los conozcan.
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