El ex ministro de Economía dijo que el modelo actual ya se vivió en la dictadura y los 90, recordó el estallido de 2001 y advirtió sobre los riesgos de tomar deuda. El ex presidente interino dijo que los sectores más pobres están peor que en diciembre de 2015.
Mientras La CGT le agrega stevia a la crítica que le hace al gobierno de Mauricio Macri, el ex ministro de Economía Roberto Lavagna y el ex presidente interino Eduardo Duhalde fustigaron este lunes las políticas económicas ejecutadas hasta ahora por el oficialismo. Lavagna habló del modelo del macrismo: “Lo tuvimos con los militares y en los 90”. Mientras que Duhalde declaró que “la gente más humilde está peor que antes del 10 de diciembre” de 2015.
Si bien Duhalde dijo que no “ver” que vaya a haber algún estallido durante el diciembre que se aproxima, tildó al actual gobierno de inexperto.
Lavagna, por su parte, aseguró que el modelo del macrismo “no consigue resultados en términos de desarrollo con equidad social”. Señaló que “endeudarse rápidamente es fácil” pero desendeudarse conlleva “muchísimo esfuerzo social. Ya hemos tenido este modelo con los militares, lo hemos tenido en los 90”, según declaró a periodistas de radio La Red.
También precisó: “Como en los 70 y los 90, esa combinación de tasa de interés muy alta, falta de competitividad por tipo de cambio, masa salarial débil y endeudamiento para tirar para adelante no termina generando lo que uno espera de un programa económico, que es aumento de la inversión, aumento de empleo y mejora de la masa salarial”.
En tanto Duhalde, quien lamentó el triunfo de Donald Trump en Estados Unidos, indicó que las elecciones del año próximo reflejarán la “ausencia de dirigencias consolidadas” y de liderazgos dentro de cada espacio político, más allá del que ejerce Macri en Cambiemos. Minimizó la influencia de la ex presidenta Cristina Kirchner, de quien dijo que es “líder de un pequeño sector” que, cada día, va achicándose.
Lavagna recordó el estallido de 2001 al observar: “No me gusta la permanente recurrencia al endeudamiento e incluso muchas veces para pagar gasto corriente. Desendeudarse cuesta muchísimo, creo que los argentinos recordamos lo que costó sacarse esa piedra que había quedado en 2001. Cuesta muchísimo esfuerzo social; en cambio aumentar la deuda muy rápidamente cuesta muy poco. Los que ganan con este dinero son muy flexibles cuando les conviene y después deja un efecto muy negativo”, enfatizó.
También dijo que “por el momento no hay” brotes verdes en la economía. También se refirió al triunfo de Trump y advirtió: “Hay que tener cuidado con usar factores externos como excusa. Argentina no está en la primera línea de impacto de Trump, las cosas que ocurran en el país van a ser 80% de raíz estrictamente local y el resto externo”.
Según Lavagna, “2017 no debería ser peor que 2016, debería ser mejor, va a haber alguna tasa de crecimiento positiva, lo único que las cosas hay que ponerlas en su contexto; lo que se pueda crecer en 2017 va a ser para cubrir el bache que hubo en 2016, o sea el promedio es 0, y agregado a los cuatro años de no crecimiento del gobierno anterior, Argentina va a tener seis años sin crecimiento. Además, 2017 es un año electoral que siempre trae algunas políticas de corto plazo que aflojan algunas situaciones, así que podría ser mejor”.
Mientras La CGT le agrega stevia a la crítica que le hace al gobierno de Mauricio Macri, el ex ministro de Economía Roberto Lavagna y el ex presidente interino Eduardo Duhalde fustigaron este lunes las políticas económicas ejecutadas hasta ahora por el oficialismo. Lavagna habló del modelo del macrismo: “Lo tuvimos con los militares y en los 90”. Mientras que Duhalde declaró que “la gente más humilde está peor que antes del 10 de diciembre” de 2015.
Si bien Duhalde dijo que no “ver” que vaya a haber algún estallido durante el diciembre que se aproxima, tildó al actual gobierno de inexperto.
Lavagna, por su parte, aseguró que el modelo del macrismo “no consigue resultados en términos de desarrollo con equidad social”. Señaló que “endeudarse rápidamente es fácil” pero desendeudarse conlleva “muchísimo esfuerzo social. Ya hemos tenido este modelo con los militares, lo hemos tenido en los 90”, según declaró a periodistas de radio La Red.
También precisó: “Como en los 70 y los 90, esa combinación de tasa de interés muy alta, falta de competitividad por tipo de cambio, masa salarial débil y endeudamiento para tirar para adelante no termina generando lo que uno espera de un programa económico, que es aumento de la inversión, aumento de empleo y mejora de la masa salarial”.
En tanto Duhalde, quien lamentó el triunfo de Donald Trump en Estados Unidos, indicó que las elecciones del año próximo reflejarán la “ausencia de dirigencias consolidadas” y de liderazgos dentro de cada espacio político, más allá del que ejerce Macri en Cambiemos. Minimizó la influencia de la ex presidenta Cristina Kirchner, de quien dijo que es “líder de un pequeño sector” que, cada día, va achicándose.
Lavagna recordó el estallido de 2001 al observar: “No me gusta la permanente recurrencia al endeudamiento e incluso muchas veces para pagar gasto corriente. Desendeudarse cuesta muchísimo, creo que los argentinos recordamos lo que costó sacarse esa piedra que había quedado en 2001. Cuesta muchísimo esfuerzo social; en cambio aumentar la deuda muy rápidamente cuesta muy poco. Los que ganan con este dinero son muy flexibles cuando les conviene y después deja un efecto muy negativo”, enfatizó.
También dijo que “por el momento no hay” brotes verdes en la economía. También se refirió al triunfo de Trump y advirtió: “Hay que tener cuidado con usar factores externos como excusa. Argentina no está en la primera línea de impacto de Trump, las cosas que ocurran en el país van a ser 80% de raíz estrictamente local y el resto externo”.
Según Lavagna, “2017 no debería ser peor que 2016, debería ser mejor, va a haber alguna tasa de crecimiento positiva, lo único que las cosas hay que ponerlas en su contexto; lo que se pueda crecer en 2017 va a ser para cubrir el bache que hubo en 2016, o sea el promedio es 0, y agregado a los cuatro años de no crecimiento del gobierno anterior, Argentina va a tener seis años sin crecimiento. Además, 2017 es un año electoral que siempre trae algunas políticas de corto plazo que aflojan algunas situaciones, así que podría ser mejor”.
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